I CHING O EL DESAFÍO DE PENSAR DE OTRA MANERA

por Osvaldo Loisi

16-2-2013
Un buen día me encontré con un libro, que, en realidad, no se parece a ningún otro libro conocido. Un arcaico y misterioso texto que es considerado la primera fuente de la civilización china y que fuera usado durante siglos como oráculo adivinatorio por todos los pueblos influidos por su cultura: Corea, Japón, Vietnam, Malasia, etc. Cuatro de sus símbolos básicos pueden verse aún en la actual bandera de Corea del Sur. 
 
Ese libro se llama “I-Ching”, que en chino significa “el tratado del cambio”, o “el libro de los cambios”. Dicho elemento cultural tiene una primera particularidad, por cierto desconcertante: al revés de todos los libros conocidos, donde lo principal es un texto que transmite ideas o creencias y sólo en forma accesoria puede contener imágenes que lo ilustran, en él, la cosa es a la inversa: Lo principal es una serie de líneas gráficas, enteras y partidas, apiladas unas sobre otras, y acompañadas -cada una de ellas- de ciertas frases, sentencias, pensamientos o breves descripciones de escenas de la vida. 
 
Además, por un lado, los textos e imágenes carecen de sentido lógico, presentándose como simples frases aisladas o fragmentos deshilvanados de un texto incoherente. Pero por el otro, las líneas gráficas están dispuestas en riguroso orden, en estricta proyección matemática. De un modo semejante a los ceros y unos del lenguaje binario. 
 
Frente a su misterio, ¿quién podría resistirse a la tentación de acercarse al libro a la manera como lo han hecho los chinos en el pasado? Empleándolo como oráculo, se llega a una experiencia muy interesante: se hace posible exteriorizar, en cierta medida, ese diálogo que mantenemos con nosotros mismos en intimidad, cuando razonamos. Porque cuando consideramos las ventajas o desventajas de tomar una decisión cualquiera, importante o trivial, en realidad, estamos dialogando, ¿no es así? Y si así es, la pregunta del millón sería ¿con quién lo hacemos? 
 
La sensación que se nos crea, es que la experiencia con ese libro-oráculo, de pronto, nos hace tomar contacto con una parte oculta de nuestra propia conciencia. Su práctica, constituye un verdadero “entrenamiento” de la mente, que le permite crecer, más allá del plano verbal en el que nos manejamos en la vida diaria. Esa experiencia la han tenido todos los que se han acercado al misterio de este libro. Comenzando en el siglo XVIII, por el filósofo G.W. Leibniz, padre del cálculo binario, C. G. Jung, el fundador de la Psicología Analítica, el novelista Hermann Hesse, y muchos otros, intelectuales o no, hasta el presente. 
 
Se trata, en realidad, de una verdadera aventura espiritual. Al principio, solemos caer en la tentación de creer que su Oráculo nos va a proveer de un conocimiento que podemos usar para esto o para lo otro de manera específica, porque con ese objeto utilitario ha sido entrenada la mente occidental. Pero con el tiempo, vamos descubriendo que la práctica oracular es un proceso subjetivo sumamente valioso, que tiene la virtud de aportar significados y sentido a nuestra faena de vivir, a la vez que hacernos crecer en conciencia. 
Por ese camino, descubrimos que todo lo que nos pasa en la vida, en realidad, se origina en la manera como pensamos, sentimos y actuamos. Y que lo que somos, en última instancia, es lo que deseamos ser. Que todo problema, sea de la índole que fuere, es absolutamente significativo y ese significado depende de nuestra propia actitud interior. 
 
Es sin duda, una forma diferente de usar el intelecto. De eso nos ocuparemos en este sitio web, abierto a todos quienes no están conformes con el curso actual de lo que llamamos “cultura” y “civilización” y creen que la sociedad sólo mejorará cuando los individuos cambien, Cuando seamos capaces de darnos cuenta que el mundo en que vivimos precisa de una gran mutación, que debe comenzar en el interior de cada uno de nosotros. 
 

Podría decirse, metafóricamente, que como un animal inquieto, la conciencia humana ventea el olor de la selva a través de la empalizada de ideas y creencias que la encierran. Y que sabe que ha llegado el día de dar el salto hacia una nueva libertad, la libertad de ser felices, que es para lo que hemos venido a este mundo.

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