PENSAMIENTO TRANSFIGURAL: UN CANTO DE LIBERTAD

por Osvaldo Loisi

5-2-2013
Yo descubrí el Pensamiento Transfigural a través de la práctica con el I-Ching. Luego de un tiempo, descubrí que este extraño oráculo me estaba ofreciendo una cosa mucho más valiosa que adivinar el futuro, resultado que siempre es cuestionable y en el cual, confieso que nunca verdaderamente creí. 
Lo inestimable que descubrí fue una nueva forma de percibir la realidad. Algo totalmente opuesto a la común..
 
También quedé convencido de que resulta mucho más interesante aprender a movernos libremente en una realidad fluida como el agua, que llegar a conocer qué nos sucederá en el futuro sentados en una poltrona. 
 
El pensamiento transfigural es el entrenamiento de la mente a pensar de otra manera, a emplear el intelecto esquivando la tentación de adherirse a las figuraciones, para trascenderlas y ver el otro lado de las cosas. Me refiero al decir figuraciones, a las ideas y las creencias que tenemos, que nos vienen del entorno social o a las generadas por nosotros mismos. 
 
I Ching, a este respecto, enseña a rescatarse a uno mismo de esas verdaderas cárceles que suelen encerrar a la conciencia, para descubrir, como el pájaro liberado, que más allá de su jaula, existe aire para volar y espacios para recorrer. 
 

I Ching nos enseña a liberarnos de los goznes de la cultura en la que hemos nacido y en la que nos hemos formado, para atrevernos a vivir nuestra propia vida. Descubrir que el Universo es infinitamente más grande que cualquier percepción humana y cualquier razón, de manera que tenemos que tomar conciencia que normalmente vivimos vidas insertadas en algún relato de alguien. Y que nuestra misión en este mundo es construir nuestra propia historia.

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