La presente página web está destinada a quienes buscan orientación frente a determinados problemas que parecen insalvables, o deben afrontar cambios importantes en su vida o simplemente desean un giro en su suerte o destino. La propuesta consiste en promover un efectivo crecimiento de conciencia mediante el uso del “Pensamiento Transfigural”, que hace posible encontrar soluciones muchas veces insospechadas y sorprendentes.
Básicamente, la cuestión que introducimos aquí consiste en señalar que el método que empleamos corrientemente para pensar, por encontrarse fuertemente condicionado al lenguaje verbal, nos impide percibir gran parte de la realidad que nos rodea, y con ello, encontrar multitud de soluciones posibles a nuestros problemas, en especial, los emocionales y existenciales.
Dicho en otras palabras: No podemos pensar sin emplear las palabras del idioma. Nuestra conciencia se encuentra amarrada a una forma lógica y discursiva de razonar inventada allá en la vieja Hélade, hace más de dos mil quinientos años. Si bien es obvio que esa manera de emplear el intelecto ha sacado a la humanidad de la animalidad, permitiendo edificar la civilización, también, desafortunadamente, por dicha razón se ha creído que no es posible conocer el mundo de otra manera.
No se entiende cómo es posible que sigamos creyendo que la técnica de pensar que usamos, a diferencia de todas las otras técnicas del quehacer humano, no admite evolución alguna, habiendo sido consagrada como la única posible. Es realmente increíble que durante tantos siglos de Filosofía y Ciencias sigamos razonando de la misma manera a como lo hacía Aristóteles.
En resumen: la forma de percibir la realidad que tenemos en Occidente nos da una imagen limitada de la realidad. De manera similar a la forma que le imprime a la masa la mano que fabrica bollos, vivimos en un mundo que nosotros mismos creamos, fracturándolo e imprimiéndole una linealidad causal que no tiene.
Nuestra propuesta es liberar a la conciencia, atrapada como la paloma en una jaula de palabras, proporcionándole un instrumento para pensar de otra manera. Para que deje de ser paloma y conquiste su destino de cóndor.
En definitiva, se trata del tema de cómo hacer crecer y evolucionar nuestra conciencia, detenida desde los inicios de la Edad Moderna por el pensamiento científico que, si bien ha resultado sumamente útil para los aspectos materiales de la realidad, es incapaz de penetrar las realidades emocionales y existenciales, que son, precisamente, las últimas responsables de lo que suele llamarse felicidad e infelicidad. Así, si bien sabemos construir portentosas máquinas y artefactos para todo lo imaginable, lamentablemente no sabemos nada cómo curar cosas tan humanas como una amargura o fomentar el entusiasmo por la vida.